domingo, 22 de junio de 2014

El valor de servir

Fue el Real Decreto 966/78 el que ha propuesta del por aquel entonces ministro de Defensa, Manuel Gutiérrez Mellado,  estableció el Día de las Fuerzas Armadas. La celebración, que debía coincidir con el 30 de mayo, día de San Fernando, buscaba homenajear a los Ejércitos y fomentar su conocimiento e integración en la sociedad. Durante ocho años la efeméride centró su acto más importante en cada una de las ciudades sedes de las capitanías generales del Ejército de Tierra. En 1987 la celebración se extendió a todo el territorio nacional con el objetivo de ampliar la resonancia de ese día y acentuar la comunicación entre civiles y militares.

El subteniente José Cruz se armó de paciencia
para explicarle a los ciudadanos cómo funciona la silla
de un F/A-18 , a mí incluida. 
Este año la cercanía de las elecciones al Parlamento Europeo ha aplazado el Día de las Fuerzas Armadas al 8 de junio. Sin embargo, a lo largo de esa semana, en toda España, se organizaron actos para conmemorar la efeméride, que en el caso de Las Palmas de Gran Canaria se centró en el parque de San Telmo. Ni los blindados tipo lince que el Ejército de Tierra utiliza en misiones en el exterior como la  de Afganistán, ni la posibilidad de sentir en sus propias manos la ligereza de las armas con las que cuenta nuestra Infantería de Marina (fundada en 1537 es la más antigua del mundo) llamaron tanto la atención de los ciudadanos como la silla eyectable de un F/A-18 que exhibía el Ala 46 del 462 Escuadrón del Ejército del Aire. El subteniente José Cruz dejó de ser por una horas mecánico de armamento para transformarse en fotógrafo improvisado de los numerosos civiles que quisieron experimentar lo que se siente al sentarse en la misma silla desde la que los pilotos de los F/A-18 garantizan la seguridad aérea de las Islas, y también salen despedidos en caso de problemas con la aeronave. Cruz entró en el Ejército del Aire sin cumplir aún la mayoría de edad, y aunque ya han pasado 34 años desde aquel entonces, si se le pregunta por qué lo hizo, es contundente en su respuesta: “Por vocación militar y aeronáutica. Me gustaban los aviones”.

A otros, el sentir militar les viene de familia. María Ángeles Cebrián es hija de capitán, madre de militar y suegra de militar. Se enteró de casualidad de lo que se celebraba en el parque capitalino cuando irrumpió en mitad de las declaraciones que el coronel Arcas del Ejército del Aire hacía a la prensa. La señora le preguntó al alto mando qué festejaban porque había oído “una música muy bonita”. Su alegría fue máxima al conocer que esa misma noche la Unidad de Música del Mando Aéreo de Canarias y la Banda de Guerra del Ejército de Tierra iban a poner el broche final al evento con un concierto allí mismo. “Yo a las nueve menos cuarto le doy de cenar a mi nieta, la acuesto y vengo para acá”, aseguró la señora, fan de las marchas militares.


Además de esta exhibición de material de los tres Ejércitos, la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencia y la puesta en escena de los perros de la Unidad Canina del Ejército de Tierra, los actos con motivo del Día de Las Fuerzas Armadas coincidieron con la inauguración en el Palacio Militar de Las Palmas de una exposición fotográfica dedicada a la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el Cuerno de África. 43 imágenes de gran formato, entre las que destacan instantáneas del prestigioso fotógrafo Paco Huertas, reflejan con gran realismo el duro trabajo de los 5.000 marinos y soldados que desde 2009 se han esforzado para garantizar la seguridad marítima de aquellos lugares. 

43 fotografías extraídas del libro Misión: Atalanta. La lucha contra la piratería en el Índico, editado por el Ministerio de Defensa, relata el sacrificio de los 5.00 militares que han luchado por la seguridad marítima de la zona desde 2009. 

Otro de los grandes atractivos de este año ha sido la jornada de puertas abiertas del Buque de Acción Marítima (BAM) Rayo, con base en el Arsenal Militar de Las Palmas, y del Museo Naval de Canarias, que recoge la historia de la zona marítima de las Islas.

Vista del BAM Tornado desde el puente mando del BAM Rayo.

Los pequeños hacían cola para poder
montarse en los carros del Ejército de Tierra.
Sin embargo, a mí lo que más me ha llamado la atención ha sido el público. Desde los miembros de la Asociación de Veteranos Paracaidistas de Canarias, que cada año acuden a esta cita, a jóvenes que sueñan con ingresar en la milicia, yo me quedo con la cara de los pequeños de la casa, sus ganas de conocer y sus ansias por tocarlo todo. También me quedo con la paciencia de los militares y sus esfuerzos por explicar en lenguaje llano la complejidad de su trabajo. Me ha gustado la cercanía que la mayoría de los uniformados han mostrado en el trato de tú a tú, y es que, además de la valentía que se le presupone al soldado, su vocación y entrega, la humildad es una cualidad tan necesaria como otras para desempeñar este trabajo que no busca más que servir a la sociedad.



martes, 3 de junio de 2014

La prevención por bandera

El Teniente de Navío Ramón Leste explica que el BAM Tornado
 está dotado con la última tecnología. 
Estar siempre preparados”. Ese es el principal objetivo de nuestras Fuerzas Armadas en un contexto de paz como el actual. Bajo esta premisa, los distintos Ejércitos se entrenan diariamente con actividades de las que, afortunadamente cada vez más,  la prensa es testigo. La última ocasión en la que esto ocurrió fue el pasado mes de mayo. La Armada Española participó en el ejercicio colectivo de seguridad marítima denominado MARSEC-2014. Hasta en once escenarios de la geografía costera española se recreó una situación que, aunque parece de película, no dista tanto de la realidad. Veintiséis  organismos estatales, incluida la Armada, pusieron a prueba sus habilidades en este ejercicio de carácter anual. ¿Su objetivo? El adiestramiento avanzado para comprobar y mejorar la capacidad de coordinación y colaboración de la Fuerza de Acción Marítima de la Armada Española con otros cuerpos.

El simulacro en Las Palmas de Gran Canaria tuvo lugar a poco más de una milla náutica de la costa.  El Buque de Acción Marítima (BAM) Tornado dejó por unas horas su labor de velar por la seguridad en el mar para convertirse en un carguero, el Coriander, de dudosa actividad. Ante las informaciones de que el supuesto mercante esconde algo más, la embarcación es abordada por un equipo de operaciones de seguridad de la USCAN (Unidad de Seguridad de Canarias). Nueve infantes de marina descienden desde un helicóptero del 802 Escuadrón del SAR por una cuerda, una técnica que en la jerga militar se denomina fast-rope. Desde el AS332 Súper Puma un tirador garantiza su seguridad. El operativo avanza por el buque, controla a la tripulación y la lleva al castillo de proa para proceder a su cacheo. Los infantes toman el puente de mando, donde solicitan al capitán que les muestre la documentación (cabe destacar que algunas de las conversaciones se produjeron en inglés, lo que denota hasta qué punto se toman en serio estos ejercicios). Lo siguiente es la inspección del barco.


Tal y como la Fuerza sospechaba, el Coriander lleva a bordo más de lo declarado. Su capitán ha sido sobornado por una organización de delincuencia trasnacional, Sauterelle (nombre ficticio), que se dedica a la trata de seres humanos y que mantiene vínculos con la organización terrorista LFB (nombre ficticio). Así, los infantes descubren en el registro que, además de la tripulación, el Coriander transporta a seis delincuentes, cuatro terroristas y seis mujeres objeto de tráfico ilegal, de las que tres presentan enfermedades infecto-contagiosas. Se decide entonces llevar el buque a puerto. La misión concluye en el muelle Santa Catalina, donde un puesto médico avanzado y una ambulancia esperan a los infectados. Estos son trasladados al hospital Doctor Negrín, mientras el resto pasa a disposición policial. Las sirenas en el cielo de la capital grancanaria hacen creer a la ciudadanía ajena al ejercicio que realmente ha ocurrido algo.

Sanidad Exterior comprobó que tres de los detenidos podían tener algún virus
contagioso, por lo que activó el protocolo con el Servicio de Urgencias Canario.
Una situación como esta es “difícil” que se dé en Canarias, pero eso no quiere decir que no haya que estar preparados. El Teniente de Navío José Javier Miranda Mayo es tajante en este sentido: “Nuestro objetivo es estar siempre preparados. No sabemos si va a suceder, pero en caso de que suceda todo el mundo tiene que ser consciente de que seremos capaces de responder bien”.  Yo he tenido el privilegio de ver en directo la profesionalidad de nuestros militares. Desde el responsable de prensa, el segundo de abordo Balbino López, al Teniente de Navío Ramón Leste, pasando por el propio mando del Tornado, el Capitán de Corbeta Juan José Belizón, toda la tripulación de este BAM ha demostrado seriedad, cercanía y una apertura a la prensa digna de mención.  Los periodistas, en nuestro papel de mediadores, podemos  ayudar a constituir una cultura de Defensa en España. A través de las ondas, la imagen o la palabra escrita podemos hacer ver a la sociedad cuán importante es la labor que los uniformados desempeñan, pero para eso necesitamos de su colaboración. A todos los que ese día lo hicieron posible, gracias y buena mar.